Los investigadores criminalísticos pueden tener pronto una nueva herramienta que les ayude a atrapar delincuentes. Investigadores han desarrollado una nueva técnica forense para identificar fibras individuales de tela, que a menudo son similares en apariencia.
“Las fibras de algodón blanco son tan comunes y tienen tan pocos rasgos distintivos visuales que son ignoradas por los científicos forenses en la escena del crimen”, dice Brian Strohmeier, científico de Thermo Fisher Scientific, una empresa de instrumentos de laboratorios con base en Massachusetts. Pero la mayoría de las telas de hoy han pasado por varios procesos de fabricación y tratamiento – por ejemplo, para que sean resistentes a las manchas, resistente al agua, o anti arrugas – dejando productos químicos orgánicos únicos en la superficie de las fibras. Así, analizando la firma química en la superficie de las fibras individuales, los científicos forenses pueden, por ejemplo, identificar el origen de los pedazos de las telas encontradas en la escena del crimen.
Strohmeier describió este trabajo en el 60 º Simposio y Exposición Internacional de AVS en Long Beach, California, celebrado 27 octubre a 1 noviembre, 2013.
En el nuevo método, él y sus colegas utilizaron una técnica bien conocida llamada espectroscopía de rayos X de fotoelectrones (XPS) – pero con un toque. En XPS, la muestra de ensayo es irradiada con un haz de rayos X concentrado, que golpea a los electrones de la superficie de la muestra. Un detector cuenta entonces los electrones y mide sus energías cinéticas. El espectro resultante revela la firma química de la superficie.
La XPS se ha utilizado antes para caracterizar las superficies de las fibras textiles que no tienen recubrimientos químicos, dice Strohmeier. Pero para estudiar la química de la superficie de las fibras tratadas, los investigadores tienen que ir más profundo y analizar las capas justo debajo de la superficie. Para ello, los investigadores dispararon un haz de grupos de iones de argón sobre la fibra de la muestra. El haz perforó un agujero poco profundo en la superficie de la fibra, revelando la capa de abajo. Cada grupo de iones contiene miles de átomos, y debido a que el grupo se separa con el impacto, no causa tanto daño a los productos químicos que se están midiendo – a diferencia de lo que un haz de iones individuales haría.
Con la capa de abajo ahora expuesta, los investigadores utilizaron XPS para estudiar sus contenidos químicos. Al bombardear la muestra más tiempo con el haz, los investigadores pueden raspar las capas más profundas para su análisis.
Con esta técnica, los investigadores fueron capaces de identificar los materiales textiles en base a la química de la superficie que es el resultado de los diferentes procesos de fabricación. Ellos también fueron capaces de distinguir los materiales que habían sido sometidos a diferentes tratamientos químicos.
Anteriormente, la XPS no había sido muy utilizada por las ciencias forenses, dice Strohmeier. No había ningún standard aceptado para métodos forenses de XPS, a menudo tomó horas analizar cada muestra, la técnica requiere muestras relativamente grandes con áreas de varios milímetros cuadrados, y los instrumentos XPS son mucho más caros que otras herramientas forenses. Pero, dice, los instrumentos XPS han mejorado hasta el punto que el análisis ahora toma minutos y sólo necesita de decenas a cientos de micrómetros cuadrados de área de la muestra. Y, sólo en el último par de años ha estado disponible la tecnología de haz de grupos de iones de argón capaz de hacer el tipo de análisis en profundidad que los investigadores demostraron.
Si bien estos nuevos resultados todavía no establecen una técnica plenamente confiable para el análisis forense, Strohmeier señala, que sí tiene un gran potencial para el análisis de fibras y las superficies de otros tipos de evidencias recogidas en la escena del crimen.
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